19 julio 2010

Fito Páez: "Cantar es como robar un banco, sientes como si te descubrieran"

.

Foto: Federico Ríos (Agencia EFE)



Àlex Cubero

Agencia EFE. Medellín, 3 de julio


Con el humo de un cigarro casi danzando entre sus siempre rebeldes rulos, el cantautor argentino Fito Páez admitió que su sensación al cantar es como "si te encontraran robando un banco, sientes como si te descubrieran", una emoción que "nos toca a todos, que nos calienta el corazón". Como si se tratara de aquel verso de su canción 'Flores en su entierro', en la que relataba que le excitaba más robar un banco que el mayo de París, Páez confesó que esa emoción al cantar es un "pequeño tesoro de la humanidad, una de las cosas de las cuales podemos sentirnos muy orgullosos".


En una rueda de prensa en el III Congreso Iberoamericano de Cultura de Medellín, donde actuó junto a los españoles Antonio Carmona y Rosario y los mexicanos Zoé, entre otros, el artista rosarino reflexionó acerca del futuro de la música, para bien o para mal, con la irrupción de las nuevas tecnologías. "Hay algo en la canción que nos toca a todos, que nos calienta el corazón. Cuando uno canta una canción da la sensación como si te encontraran como robando un banco, sientes como si te descubrieran, y creo que ese sentimiento va a perdurar".

A su juicio, "hemos generado esa pequeña maquinita emocional de cinco minutos, que conmueve, y los temas que nos mueven son siempre los mismos. Eso va a seguir funcionando de una manera y otra, incluso ahora más por Internet, que ha democratizado mucho la expresión, la tecnología lo ha permitido". Lejos del pesimismo que otros artistas invitados al Congreso han evidenciado sobre el futuro de un sector asfixiado por la tiranía de la mercadotecnia y las tecnologías, Páez opinó que "posiblemente haya una explosión de ideas en la Red que aún no conocemos, estamos en el centro de un huracán tecnológico y emocional".

Acompañado en todo momento de un cigarrillo y en una actitud relajada y distendida, el cantante simplemente resumió que "en este sentido no hay nada nuevo bajo el sol, eso está bien, y creo que va a seguir funcionando". Y es que después de que hace justo tres décadas iniciara su andadura musical en la banda del también rosarino Juan Carlos Baglietto, allá en los ochenta, Fito aseguró no tener "ninguna carrera musical, porque no estoy corriendo contra nadie".

"Me siento un hombre muy afortunado, que he estado en la hora indicada en el momento indicado", reconoció el compositor, que opinó "el error" es llamar artistas a los cantantes generados por laboratorio gracias al marketing y a los estudios de grabación. En todo caso, apuntó que es también esa democratización de la expresión gracias a la tecnología la que genera asimismo un "conflicto", pues el público adquiere mayor protagonismo y desaparece la idea del cantante como "chamán", esa "religiosidad que acompaña al concierto como fenómeno emotivo", pero que al mismo tiempo se ha alcanzado "mayor diversidad, y eso es fabuloso".

Así, el intérprete argentino apostó por impulsar la diversidad musical como, a su juicio, hacen países como Brasil, y destacó la relevancia del continente americano en este sentido. "De sur a norte, América ha sido en el siglo XX una máquina de invención extraordinaria dentro de la música popular. Me siento un observador privilegiado de la música popular contemporánea americana", dijo acerca de la influencia de éstas en sus creaciones.

Éxitos musicales que, no obstante, Páez relacionó con su Rosario natal, una ciudad que a finales del siglo pasado era "una ciudad portuaria cerrada, no teníamos paisaje, era todo imaginería. Creo que eso ha hecho que hayan salido tantos artistas ahí. Era la ausencia de paisaje, una ciudad muy cerrada y muy gris, pero que a la vez hacía que estuviéramos muy encendidos".

Y antes de que se apagara, en este caso su cigarro, Fito instó a defender las especificidades ante la idea "delirante" de la globalización: "Es importante que no se pierda el toque, lo que te hace Medellín y no te hace la ciudad de al lado, lo que te hace Rosario y no te hace Santa Fe".

16 julio 2010

Jorge Drexler: "No pienso en mensajes cuando escribo canciones. Odio ese concepto"

.


Àlex Cubero

Medellín, 1 de julio


Al igual que el inicio de uno de sus temas, en el que decía que para contar simplemente cantaba, el uruguayo Jorge Drexler aseguró que nunca piensa en "mensajes" al escribir sus canciones, un concepto que reconoce odiar, pues su música "no está para vender, ni para inculcar, ni enseñar nada, ni dar un consejos", sino que es sólo "lo que escribe una persona que siente cosas".


En una entrevista con Efe durante el III Congreso Iberoamericano de Cultura en Medellín, Drexler explicó que sus canciones "son un fin en sí mismo", sin tener la intención de servir como "lanzadera" para enviar un mensaje al público. "Odio el concepto de mensaje. De verdad lo odio, porque me parece como si alguien estuviera tratando de decir algo, pero metiéndote algo por debajo. No, yo hablo de lo que siento, yo no hago canciones con una especie de subfondo que hay que descifrar para saber cuál es el código político al que me estoy refiriendo".


Considerado sin embargo a menudo por el público como un poeta de la música cuyas letras siempre transmiten una idea, el artista uruguayo rehusó pensar que sus temas tengan una intencionalidad. "Yo no escribo canciones pensando en transmitir una ideología. Mi canción no es un excipiente, es un compuesto activo, no están ahí para llevar una cosa, son la cosa que llevan. No están ahí ni para vender, ni para inculcarte nada, ni enseñarte nada, ni darte un consejo. Son lo que escribe una persona que siente cosas y las pone ahí, y espera que otras personas se identifiquen con ella, y a veces tienes suerte y eso pasa".


Un momento en el que el artista "caza una emoción que anda volando, la pasa del papel a la guitarra, la edita en un formato inerte como un disco, lo suelta al viento y espera que otra persona lo agarre y devuelva la vida a esa emoción. Ese es el centro de mi trabajo y no ha cambiado desde la primera canción a la última". Y precisamente es en ese instante, en el que el público conecta con esa sensación, cuando "el círculo se cierra y se completa mi trabajo". "Es un momento maravilloso. Todo lo que hago tiene el destino final de producir emoción. Una canción es una espora, una emoción en estado latente que es despertada por quien lo escucha. (...) Es lo que me pasa con las canciones de otros. Esa emoción que genera la canción y que vuelve a ser despertada por el que escucha es la única finalidad a la que aspiro, no me interesa aleccionar", señaló.


Un amor desenfrenado por la música que para Drexler, confesó, es "independencia en el sentido de que da alas, te enseña cosas sobre ti, te ayuda a vivir", pero también puede ser "adicción", como lo es para él escribir, una cosa que no puede evitar: "yo tomo la música con las dos caras de la moneda, con lo que cura y con lo que enferma, con lo que da de independencia y con lo que te da de músico dependiente".


En el mismo día en que dos maestros de las notas, el bandoneonista argentino Rodolfo Mederos y el cantautor cubano Silvio Rodríguez, lamentaron en una conferencia en el Congreso que la mercadotecnia y las modas están sepultando la música, Drexler rechazó pensar que este arte se encuentre en estado crítico. A su entender, "la canción está en un momento buenísimo, soy muy optimista" y "no me da la impresión de que esté muriéndose", opinó, y agregó que nunca se guió por criterios de mercados. "No los conozco, ya que no soy un experto en mercadotecnia, soy un músico".


"No pienso en el mercado cuando escribo canciones, ni tampoco en mensajes. Yo escribo lo que siento. A veces es muy fácil tirar la primera piedra, ¿pero quién no se ha visto beneficiado por alguna circunstancia política, económica o de mercado en un momento? todo el mundo, toda la música", sentenció. Y es que del mismo modo que en aquella canción cantaba para contar, Drexler finalizaba admitiendo que 'el corazón no miente, y afortunadamente, me haces bien', tanto como su absoluta sinceridad, el único y verdadero mensaje de sus canciones.



15 julio 2010

Rosario Flores: "Nunca sabes de dónde te va a venir una canción, eso lo manejan los duendes"

.
Foto: Federico Ríos (Agencia EFE)


Àlex Cubero

Medellín, 4 de julio


Respira nerviosa sentada en su camerino minutos antes de cantar ante miles de personas, y solo parece relajarse cuando entona, al azar, un verso de una de sus canciones. "Nunca sabes de dónde te va a venir una canción, ese sentimiento lo manejan los duendes y la magia", confiesa en una entrevista con Efe la cantante española Rosario Flores. Sus rizos contrastan con el lacio pelo de su amigo y compañero de profesión Antonio Carmona, con el que cantó esta noche en Medellín, junto al argentino Fito Páez y los mexicanos Zoé, entre otros, en el concierto que cerró el III Congreso Iberoamericano de Cultura. "Cantar es el privilegio más grande del mundo, eso sale por arte de magia, no lo puedes pensar", explica poco antes de enfrentarse a los corazones de miles de colombianos, que no desistieron a pesar de incesante e intensa lluvia que durante horas cayó sobre la ciudad colombiana.


"Cuando sales ahí no puedes pensar en lo que tienes que cantar o en la letra, porque sino no das una. Lo mejor es no pensar en ello, la música es cosa de duendes, de magia, nunca sabes cuando te va a venir una canción o de dónde te viene". Unas rítmicas palmadas interrumpen el silencio de la estancia. "Ese sentimiento que tú guardas dentro luego se hace una canción, fruto de ese sentimiento que tú vives. Eso lo manejan los duendes y la magia, y creo que la música es la mejor medicina que tenemos los seres humanos, es medicina pura para el alma. Es universal, es infinita, y siempre va a estar en este mundo".


Y es que ella no conoce otra forma de entenderla vida, pues el destino quiso que Rosario fuera la hija menor de Lola Flores y Antonio González "El Pescadilla", dos mitos eternos del flamenco. "Yo lo mejor que tengo es la sangre que corre por mi cuerpo y la bomba que tuve como padres, dónde me crié. Lo único que me enseñaron es a sentir, a cantar y a bailar, y eso es mi vida".


Veintiséis años han pasado desde 'Vuela una noche', el álbum con el que debutó, tiempo en el que Rosario ha sobrevolado con éxito por escenarios de todo el mundo. "Si no pudiera cantar en directo, mi vida cambiaría muchísimo", expresa la intérprete española. "Hago discos para cantar en directo, es lo que me gusta, ver a la gente y sentirla". Una sensación, afirma, en la que "sientes la magia de la comunicación, de traspasar y tocar corazones, de hacer sentir a las personas con la música. Esa es mi meta. Alegrar un poco los corazones y ayudar a que las almas y los sentimientos afloren y no estemos tan apretados. La música es la mejor medicina para eso".


Tanta ha sido esa conexión que en ocasiones reconoce haber sido testigo de cómo una mística energía ascendía desde el público en un concierto: "He visto la energía hacer un 'boom', te juro que lo he visto, cómo subía la energía", insiste abriendo los ojos al máximo, como si fuera una niña que trata de convencer al resto de una historia imposible que ella cree con todas sus fuerzas.


Cuando uno pasa un rato con Rosario, puede darse cuenta que es una de esas personas que aún toca a la gente, que busca sentirla mediante ese lenguaje no verbal, pero sobre todo, con el de la música, que "es universal y une al mundo entero". "Cada tierra tiene su independencia, sus raíces, sus costumbres y ninguno somos iguales. Eso es lo bonito de este mundo, que cada uno tenemos nuestras experiencias y nuestra cultura, y lo bonito es mezclar esas culturas y unirnos, pero cada uno con nuestras raíces". Gitana en su alma y mestiza en sus canciones, Rosario ha sido capaz de mezclar flamenco, pop, bolero, bossa, rumba y ritmos caribeños sin perder su esencia, con la única meta de que "nada ni nadie me quite el goce de cantar y sentirlo de verdad, y disfrutarlo".


Los segundos se agotan para subir a un escenario donde, como siempre, el público, la magia y los duendes aguardan a la cantante. "Soy mucho más de corazón y de energía que de cabeza. Soy pura energía, es lo único que me mueve".



.